
Un homicidio en Conesa sería juzgado por un jurado popular
Eduardo Morello imputado por el crimen de Beimar Llanos Condorí ocurrido el 8 de agosto del año pasado en una chacra de Conesa continuará con detención domiciliaria durante los dos meses próximos.
Desde el momento del hecho se encuentra privado de la libertad bajo la acusación de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y “odio por nacionalidad”, imputación que generaría un nuevo juicio por jurados en esta zona.
El juez de Garantías, Adrián Dvorzak, autorizó esa prórroga de detención controlada con monitoreo satelital, así como la extensión para finalizar la investigación preparatoria, teniendo en cuenta que resta sólo la realización de una pericia. Los planteos fueron formulados por el fiscal José Chirinos que contaron con la adhesión del abogado querellante Santiago Guenumil y del defensor Damián Torres.
Morello se encuentra detenido desde el momento del hecho y ha mantenido un comportamiento ajustado a la norma en el marco de la prisión domiciliaria que cumple en Viedma, según coincidieron las partes en la audiencia de esta mañana.
EL HECHO
El homicidio de Llanos ocurrió a media mañana del 8 de agosto de 2023 en la zona rural de Conesa en momentos en que la víctima junto a su hijo adolescente trabajaban en un sector cercano a un pilar de la luz de donde se le proveía el servicio a Morello y que había sido motivo de discusiones previas vinculados al pago de la factura y a la necesidad que el imputado firmara unos papeles relacionados a la venta de una chacra.
“Nose como lo hacen en Bolivia pero acá lo hacemos así” respondió Morello al reclamo mientras tomaba fotos y filmaba con su celular a lo que la víctima y su hijo hacían, actitud que Llanos pidió finalizara.
Lo próximo que se escuchó fue el pedido en alta voz de la víctima que alcanzó a gritar “pará, pará” y luego la explosión del disparo de la escopeta que le impactó en el abdomen de la víctima arrojándolo sobre una acequia.
La imputación detalló que ya en el piso el hombre alcanzó a pedirle a su hijo de 16 que llamara a una ambulancia. Paralizado por el shock de lo vivido el jovencito corrió a la camioneta a buscar un botiquín para auxiliar a su padre y cuando regresaba con ello observó a Morello que le apuntaba a la cabeza con la escopeta. El adolescente cerró sus ojos y sólo atinó a pedirle entre sollozos “no me dispares”.
Morello se retiró unos metros a su propiedad y por segunda vez llamó a la Policía para pedir una ambulancia. Momentos antes lo había hecho para denunciar a la víctima que interpretó intentaba cortarle la energía.
Cuando llegaron los primeros uniformadores, el imputado aún cargaba la escopeta que dejó en el piso ante la voz de alto policial, advirtiendo que tuvieran cuidado porque estaba cargada y que tenía otro cartucho en el bolsillo.
ODIO DE NACIONALIDAD
En base a nuevas pruebas reunidas el 8 de mayo pasado el fiscal Chirinos reformuló los cargos sumando el odio por nacionalidad, acto discriminatorio considerado como un agravante. Esta imputación fue aplicada por primera vez en una causa en Río Negro.
“Bolita del orto”, “estos bolitas de mierda prenden fuego”, “que raza de mierda son una plaga”, “entre el bolita y el escribano me estafaron”, fueron algunas de las manifestaciones publicadas en el celular y las redes sociales utilizadas por el imputado antes de tomar la determinación de disparar con su escopeta contra su vecino y provocarle la muerte.
Estas publicaciones y otros comentarios discriminatorios como el color de piel, la nacionalidad y la idiosincrasia de la víctima dieron sustento probatorio a la acusación para fundamentar la animosidad que tenía el imputado contra Llanos Condorí, en razón de una nacionalidad distinta.