
Sobre el caso de meningitis “nunca se quiso ocultar nada de la información” afirman desde Salud
La directora provincial de Enfermería, Silvia Neirot, habló con este medio y aclaró que el caso de meningitis bacteriana que se detectó en un niño en la capital provincial fue controlado y anunciado correctamente ante todos los padres del colegio a donde asiste el menor, desmintiendo así los dichos de que el caso se intentó
La directora provincial de Enfermería, Silvia Neirot, habló con este medio y aclaró que el caso de meningitis bacteriana que se detectó en un niño en la capital provincial fue controlado y anunciado correctamente ante todos los padres del colegio a donde asiste el menor, desmintiendo así los dichos de que el caso se intentó ocultar.
“El niño no había concurrido a clases el día lunes, tampoco el martes y el miércoles comenzó con otitis, el padre lo llevó a la casa para que lo vea el médico de cabecera, pero no mejoró y fue internado en el nosocomio local” informó Neirot en relación al proceso que tuvo el niño hasta padecer meningitis.
Asimismo, aclaró que la meningitis bacteriana es la más frecuente y que solamente se contagia a través de los estornudos o la tos. La persona debe estar en contacto todo el tiempo con el enfermo sino, no hay forma para contagiarse, según las declaraciones de Neirot.
“No se quiso ocultar nada de la información, el chico no había estado en la institución pero igual la directora nos contactó y estuvimos brindando asesoramiento en la escuela, se hizo todo como corresponde” resaltó.
Actualmente el niño está internado en un Hospital de Buenos Aires de mayor complejidad y atención a pedido de los padres.
¿Cuáles son los síntomas?
La meningitis es una causa importante de fiebre en niños y recién nacidos. Además de ese síntoma principal, suelen aparecen rápidamente:
• Escalofríos.
• Cambios en el estado mental.
• Náuseas y vómitos.
• Sensibilidad a la luz (fotofobia).
• Dolor de cabeza intenso.
• Cuello rígido (meningismo).
También, en ocasiones pueden aparecer:
• Agitación.
• Fontanelas abultadas.
• Disminución del estado de conciencia.
• Alimentación deficiente o irritabilidad (en niños).
• Respiración rápida.
• Postura inusual con la cabeza y el cuello arqueados hacia atrás.
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