
¿Qué HUBIERA PASADO SI…..?
Cuántas veces nos habremos preguntado ¿qué hubiera pasado si…no hubiera respondido de esa forma, actuado desde este lugar?. Seguramente muchas mirando el diario personal del lunes. Difícil saber el resultado de una situación si la actitud hubiera sido distinta aunque a veces se puede remediar. Pero otras no. Lamentablemente no se pueden revertir. No se
Cuántas veces nos habremos preguntado ¿qué hubiera pasado si…no hubiera respondido de esa forma, actuado desde este lugar?. Seguramente muchas mirando el diario personal del lunes.
Difícil saber el resultado de una situación si la actitud hubiera sido distinta aunque a veces se puede remediar.
Pero otras no. Lamentablemente no se pueden revertir. No se puede modificar lo que pasó cuando es irremediable. Cuando ese resultado sobre el que se quisiera regresar para cambiar ya pasó y es irreparable.
Y muchas veces lo que se puede hacer es evitar que pase pero la toma de conciencia en el ser humano es lo más difícil de lograr. Esto no significa desconocer la existencia de lo accidental.
Lo que nadie quiere provocar, ni vivir.
Pero en otras tantas, el espejo retrovisor de la vida muestra que ese pasado que arruinó el presente para otros y uno mismo, se pudo evitar.
El planteo tiene que ver con la información que va surgiendo producto de las pericias de la tragedia vivida aquella noche del domingo 17 de marzo pasado sobre la ruta 250, en jurisdicción de Cubanea.
En un abrir y cerrar de ojos se vino el mundo abajo para las familias que perdieron a esos tres seres queridos.
A medida que avanza la investigación aparecen pruebas cada vez más graves que complican al extremo a la mujer que conducía la camioneta que se cruzó de carril justo en el instante que el otro auto pasaba por allí con sus cuatro ocupantes.
“Conducción irresponsable” fueron las primeras consideraciones que no tardaron en agravarse cuando se supo que lejos de acercarse para auxiliar a las víctimas la conductora usó su celular para que la vinieran a buscar y la sacaran de allí. En ningún momento a un hospital o emergencia para informar sobre lo ocurrido y atender a quienes lo necesitaban.
El resultado positivo del test de alcoholemia de la mujer aceleró aquellos conceptos ubicándolo en el máximo de lo inconcebible, llegando a la perplejidad con la detección de videos que momentos antes del choque frontal ella misma se había filmado asegurando “me tomé todo”.
Luego hizo tiempo para borrarlos de su celular pero la profesionalidad de los peritos informáticos del Poder Judicial lograron rescatarlos.
Cuántos habrán bromeado contando lo que se comió y se tomó en una determinada velada pero “igual llegamos”, como si fuera una hazaña. Alguno en el recuerdo debe aparecer.
Las campañas de prevención no se cansan de recomendar no consumir alcohol si se va a conducir, no usar el celular mientras se maneja, llevar siempre el cinturón colocado.
Las abultadas multas que adelgazan bolsillos por conducir con alcohol en sangre se siguen facturando. Y parecen no doler, no afectar.
Tal vez la omnipotencia, la extrema confianza en uno mismo, la irresponsabilidad que ciega lleve a pensar que nunca sucederá lo que le pasó a otro…hasta que se vive en carne propia y aparece la conciencia preguntando ¿que hubiera pasado si…….?
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