En el marco de un juicio abreviado este albañil de Viedma confesó ser el autor de los dos hechos ante el camarista penal Marcelo Chironi y aceptó la calificación impuesta de “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por convivencia en calidad de delito continuado” en uno de los hechos y el de “abuso sexual agravado por acceso carnal” en el otro, también cometido mientras la niña convivía con él y la madre de ella.

Además el imputado de 43 años estuvo de acuerdo con el monto de la pena de nueve años de prisión que una vez que quede firme deberá presentarse en la comisaria de su barrio para iniciar la detención. Hasta el momento permanece con una tobillera de control satelital.

La audiencia de éste viernes fue demorada unos minutos a la espera de las víctimas que finalmente decidieron no concurrir aunque previamente se manifestaron conformes con el juicio abreviado, la calificación y la pena, tal vez considerando el objetivo cumplido de que se haga justicia y en protección de sus hermanos menores que no tengan que atravesar lo que ellas vivieron en su infancia.

Ambas fueron madres muy jovencitas y buscaron la contención que no lograron en su hogar entre familiares que por fortuna se encargaron de protegerlas.

NIÑEZ Y DOLOR

No hay criatura que pueda describir abusos aberrantes bajo amenaza de muerte o de matar a su madre, lo más preciado para un niño. Ante estas situaciones sólo resistir a la repulsión y el dolor de que le toquen la vagina, que el padrastro se masturbe frente a ella, que le muestre videos pornos inclusive manteniendo relaciones sexuales con su mamá, que la obligue a desnudarse, a tener sexo oral, entre otras insoportables aberraciones.

Cuando asomaron los 18 la mayor se animó a denunciar, a pesar de lo advertido por su madre que ante los primeros relatos de la niña mantuvo una separación breve con su pareja y luego se casó con el abusador de sus hijas.

Como testigo de esa presentación penal fue citada su otra hermana, quien sumó el segundo hecho al admitir que a ella le había pasado lo mismo con su padrastro.

Distintas situaciones que las necesidades generan en la vida y pérdidas irreparables provocaron que las chicas se fueran y regresaran al hogar. Pero también llegó el día en que con un bebé en brazos, una de ellas, dijera basta ante un nuevo intento de abuso de este padrastro que había convertido en una dolorosa pesadilla la niñez de esas criaturas.

Horas a la intemperie permitieron reforzar el coraje y denunciar. La intervención judicial avanzó y terminó este jueves con los nueve años de prisión, condena que quedará firme en los próximos días, pedida por la fiscal Mariana Giammona acompañada por el adjunto Franciso Marano con el acuerdo del defensor oficial, Camilo Curi Antún y su defendido al que “Lo Principal” no identifica para evitar la revictimización de las mujeres denunciantes.