Aprovechó esta oportunidad para despedirme de esta amada institución que tuve el orgullo de representar por 35 años y hoy me toca decir adiós. También quiero agradecer y extender mi mayor gratitud hacía todo el personal policial con el cual compartí años maravillosos de trabajo.

Hoy me retiro de una institución a la cual tuve el honor de pertenecer por más de tres décadas y media, y que en estos dos últimos años, tuve el orgullo de conducir como Subjefe. Sin embargo, no podría despedirme sin agradecer a cada uno de ustedes, mis camaradas, sin quienes no podría haber realizado mi labor de la mejor forma.

Como todas las grandes personas que han pasado por nuestra amada Policía, llega la ocasión de cerrar un ciclo cuando uno siente que el tiempo está cumplido, que se ha entregado todo y que es momento de disfrutar en plenitud de la familia.

En cada lugar que me ha tocado ocupar y cada rol que tuve que llevar adelante, siempre lo hice al cien por cien, elevando siempre las banderas del respeto y el trabajo en conjunto con todos mis compañeros. Son estos ideales los que me llevan a poder retirarme con una gran cantidad de amigos, porque si algo nos enseña esta institución es que más que compañeros somos amigos y más que amigos, somos familia.

Me voy orgulloso, no solo de lo que he brindado en estos 35 años, sino de la labor cumplimentada con cada uno de ustedes, porque sin ustedes, mis compañeros, principalmente estos dos últimos años, no podría haberse llevado adelante un trabajo con tal vehemencia y excelencia.

Me despido de una Policía que puede caminar con tranquilidad por la calle, de una institución que se ha ganado con responsabilidad y trabajo constante el respeto de la ciudadanía. Hoy la población reconoce el arduo y continúo trabajo que realizamos, algo que hemos logrado todos y que ustedes serán los responsables de continuar con este legado, que no es obra mía, sino de la familia policial.

Como digo siempre, caminen por la calle con la frente en alto, vistiendo el uniforme con honor y orgullo, aunque siempre haya alguien que se equivoqué, confío en que la mayoría trabaja incansablemente por la seguridad de todos los Rionegrinos.

Hace precisamente dos años asumí el rol más importante de mi carrera profesional dentro de la institución, ser un referente, y espero haber estado a la altura de ese compromiso, espero que ustedes hayan sentido en estos años que podían confiar en mí y que nunca haya engañado a su confianza, porque con su acompañamiento, nunca engañaron la confianza que siempre tuve hacia cada uno de ustedes.

Fuera de las jerarquías y los roles que nos tocó cumplir, con nuestro trabajo conjunto hemos cuidado a la institución policial y espero haber conformado a todos ustedes, hombres y mujeres, que hacen e hicieron de la Policía de Río Negro una institución honorable, honesta e histórica en el suelo rionegrino.

También quiero pedir disculpas por los errores que durante mis determinaciones he podido cometer. Cuando se debe conducir un grupo humano, como persona uno no está exento de cometer errores. Siempre busque lo mejor para nuestra amada institución y en pos de ese ideal actué, más de una vez acerté y también me equivoqué, pero nunca lo he hecho con mala fe, siempre con la convicción de estar haciendo lo mejor para todos ustedes.

Finalmente quiero hacer llegar mi más profundo agradecimiento por el compromiso que han tenido, como dije antes, principalmente en estos dos años frente a la subjefatura. Sin ese compromiso que nos destaca como persona no podría haber llevado mi trabajo de la mejor forma.

Y es por esto, que me despido agradeciendo su trabajo, compromiso y solidaridad, ustedes son piezas fundamentales de esta Policía, de esta familia, ésta que es nuestra familia, muchas gracias y, como siempre dije, cuídense mucho…