El trabajador se encontraba registrado como auxiliar pero prestaba servicios como ejecutivo select y se retiraba habitualmente a las 17.30 horas, siempre en exceso del límite establecido para la actividad.

El trabajador ingresó en 2007 y en el año 2016 envió un telegrama reclamando la debida registración de acuerdo a la categoría real que desempeñaba. También solicitó el pago de horas extras a razón de dos horas por día, diferencia de zona y diferencias salariales, todo bajo apercibimiento de considerarse despedido por culpa de la empleadora.

En marzo de 2016, la empleadora respondió rechazando la intimación y el hombre se consideró despedido e inició el reclamo judicial.

Los testimonios que se presentaron al juicio fueron “categóricos y coincidentes” respecto de las tareas de mayor jerarquía que desempeñaba el trabajador. Un compañero de trabajo afirmó que el hombre era “ejecutivo select” porque tenía cartera de clientes Black y Gold. Sostuvo que todos eran auxiliares, salvo el gerente y segundas líneas.

Un cliente refirió que el trabajador era su ejecutivo de cuentas, ya que él era socio cuenta select. Indicó que le brindaba manejo de cuentas y todo lo relacionado al movimiento de cuentas que incluía envíos de dinero al exterior y otros trámites.

“No existe entonces duda sobre el derecho del actor a detentar una categoría superior a la de auxiliar, en atención a las funciones, acreditadas in re, que cumplía dentro del Banco”, dice el fallo de la Cámara Laboral de Cipolletti.

La indemnización fijada comprendió los rubros de antigüedad, preaviso, integración mes de despido, diferencias salariales, horas extras, diferencias adicional zona desfavorable, deuda acuerdo paritario 2016 y una multa prevista en la Ley de Contrato de Trabajo por no haber entregado un certificado de trabajo.