Casi tres décadas atrás nadie podía imaginar cualquier transformación de ese enorme predio en la cima del Cerro de la Caballada con profundos desniveles poblado de arbustos espinosos.

Ese lugar tenía garantizada una importante visita para cada 7 de marzo al pie del monumento que allí se levante para recordar la histórica batalla central contra las invasiones brasileñas de 1827.

Era más frecuente la concurrencia en busca de un refugio para el amor y para la toma de una panorámica envidiable de las dos ciudades, el río Negro y el emblemático puente Ferrocarretero en toda su dimensión que la atracción turística en la que hoy se ha trasformado.

Nadie podía imaginar, excepto un grupo de golfistas principiantes en un momento en que ese deporte se abría paso en la Comarca Viedma Patagones.

Era impensado el verde en esa zona que sólo recibía la lluvia como nutriente con un río abundante a unos cuantos metros al pie de esa elevación.

Pasaron 28 años el manto verde cubrió gran parte de la cima del cerro con agua cruda, fue asfaltado el camino y construidas 13 viviendas de residencia permanente a las que se suman otras 10 se encuentran en proyecto.

El sueño de aquellos que dieron los primeros pasos se cumplió, el deporte se instaló en la región y en este nuveo aniversario siguen por más con el orgullo de sumar golfistas y el honor de tener a Valentín Vergauven, un joven profesional del golf surgido del semillero de este club que ha llevado esta bandera a Europa y Estados Unidos.