
«Con la flexibilización de la barrera sanitaria aumenta la competencia y se rompe el monopolio comercial»
Lo que se esperaba que iba a pasar, pasó. El acceso de Brasil a un nuevo estatus sanitario, luego de años de labor, causó un fuerte impacto en toda la industria cárnica de Argentina. Brasil fue declarado “zona libre sin vacunación”, como lo es toda la Patagonia, y podrá ingresar con su carne a esta región del país a precios más competitivos.
Esto ha sumado músculo a frigoríficos y productores del norte de la barrera. Entienden que hoy pueden exportar a varios países, pero no pueden ingresar a la Patagonia. En defensa de esta mirada del conflicto —que tiene como telón de fondo las pautas de trabajo y restricciones que impone la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA)—, emitió un comunicado un dirigente de La Libertad Avanza (LLA), de Río Negro.
“Resulta incongruente permitir el ingreso de carne con hueso libre de aftosa desde Brasil y no desde otras regiones de Argentina, generando una clara desigualdad para los productores nacionales”, dijo Damián Torres, dirigente de la LLA, quien aclaró: “Hablo como vocero del gobierno nacional”.
El otro aspecto sobre el cual se expidió el dirigente fue el de los precios, y sostuvo que “además, se le niega a la población el acceso a carne más económica, que proviene de distancias mucho menores, pero cuyo precio varía sustancialmente”. En contacto con +P, puso como ejemplo que “en Bahía Blanca la carne está a 12.000 pesos, y acá en Patagones, a 20.000”.

Damian Torres
Luego de emitir un comunicado y en contacto con este medio, aclaró: “Quiero responder algunos argumentos, porque esta es una decisión que no se tomó de un día para otro”. En esa línea, hizo notar que “se habló con las rurales por el tema del precio, y no hubo respuestas”. Pero, consultado sobre dónde ubica el origen de las diferencias de precios, dijo que “en los monopólicos e intermediarios”.
Cuando se le hizo notar que Brasil podría entrar a la Patagonia con su carne porque comparten el mismo estatus sanitario —zona libre de aftosa sin vacunación—, y que ingresar carne con hueso desde el norte del país implicaría hacerlo desde una zona libre, pero con vacunación, Torres insistió con el tema precios y, por otro lado, dijo que se debe leer con más detalle la Resolución N.º 180 de SENASA.
Consideró que ese es un “dato clave”, porque el artículo 3 de la Resolución 180/2025 “establece con claridad los requisitos para el ingreso de carne, asegurando que no se afecte el estatus sanitario. El problema es que muchos solo comunican el artículo 1 (que elimina la barrera), sin explicar los mecanismos de control establecidos por SENASA”.
Torres hace referencia a las exigencias de SENASA para autorizar a los frigoríficos del norte a enviar carne con hueso a la Patagonia. En primer lugar, los cortes deben ser “sometidos a un proceso de maduración a una temperatura de más dos grados centígrados (+2 °C) durante al menos veinticuatro (24) horas después del sacrificio, y en las que el valor del Potencial de Hidrógeno (pH) haya sido menos o igual a cinco coma nueve (≤ 5,9), medido electrónicamente en la mitad del músculo dorsal largo previo al cuarteo y/o desposte”.
También hay exigencias en cuanto al fraccionado, al establecer la norma que “los cortes o cuartos primarios enfriados y/o congelados, con/sin hueso, deben contar con un empaque primario y uno secundario, debidamente rotulados cada uno de ellos individualmente”.
Para Torres, “con la flexibilización de la barrera sanitaria aumenta la competencia y se rompe el monopolio comercial, lo que lleva naturalmente a una baja de precios”. Además, especuló con que “se reducen los costos logísticos y se beneficia directamente al consumidor”.
Luego de asegurar que “no hay riesgo sanitario” en una eventual flexibilización de la barrera, dijo: “Tampoco se trata de elegir entre un precio más bajo con pérdida de producción local, o un precio alto para sostenerla. Esa dicotomía es parte de un discurso político desconectado de la realidad”.
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