
A la imputación de homicidio suman por primera vez en la provincia el delito de odio por nacionalidad
Por primera vez en Río Negro un hombre fue imputado por odio de nacionalidad. Lo planteó el fiscal de Viedma José Chirinos en el marco de la reformulación de cargos por el homicidio de Beimar Llanos Condorí ocurrido el 8 de agosto del año pasado en una chacra de Colonia Rodríguez, en el área rural de General Conesa.
“Bolita del orto”, “estos bolitas de mierda prenden fuego”, “que raza de mierda son una plaga”, “entre el bolita y el escribano me estafaron”, fueron algunas de las manifestaciones publicadas en el celular y las redes sociales utilizadas por el imputado antes de tomar la determinación de disparar con su escopeta contra su vecino y provocarle la muerte.
Estas publicaciones y otros comentarios discriminatorios como el color de piel, la nacionalidad y la idiosincrasia de la víctima dieron sustento probatorio a la acusación para fundamentar la animosidad que tenía el imputado contra Llanos Condorí, en razón de una nacionalidad distinta.
En base a estas nuevas pruebas reunidas se realizó hoy una reformulación de cargos contra Eduardo Morello a quien no sólo se le imputa el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” sino también “odio por nacionalidad”, acto discriminatorio considerado como otro agravante.
El juez Adrián Dvorzak hizo lugar al pedido del fiscal de esa modificación en la imputación a la que también se sumó el delito de “amenazas” en concurso real con el hecho anterior.
El abogado querellante Santiago Guenumil adhirió al planteo del fiscal, mientras que el abogado defensor Damián Torres se opuso a la imputación discriminatoria y al concurso real del delito por amenazas al considerar que esto último se dio en el marco del homicidio, es decir, que todo constituye un mismo hecho.
El aporte de la Oficina de Investigación en Telecomunicaciones de la Procuración General de Río Negro que analizó el celular y las redes sociales a las que accedió el imputado Morello detectó aquellos mensajes que sirvieron de fundamento para el fiscal para imputar a Morello el “odio por nacionalidad” contemplado en la Ley 23592 que permite dejar sin efecto los actos discriminatorios.
Además de hacer lugar a las modificaciones de la imputación, el juez también autorizó una prórroga de un mes más para continuar con la investigación que desembocará en un nuevo juicio por jurados en Viedma.
EL HOMICIDIO
El hecho ocurrió a media mañana del 8 de agosto de 2023 en la zona rural de Conesa en momentos en que la víctima junto a su hijo adolescente trabajaban en un sector cercano a un pilar de la luz de donde se le proveía el servicio a Morello y que había sido motivo de discusiones previas vinculados al pago de la factura y a la necesidad que el imputado firmara unos papeles relacionados a la venta de una chacra.
“Nose como lo hacen en Bolivia pero acá lo hacemos así” respondió Morello al reclamo mientras tomaba fotos y filmaba con su celular a lo que la víctima y su hijo hacían, actitud que Llanos pidió finalizara.
Lo próximo que se escuchó fue el pedido en alta voz de la víctima que alcanzó a gritar “pará, pará” y luego la explosión del disparo de la escopeta que le impactó en el abdomen de la víctima arrojándolo sobre una acequia.
Ya en el piso el hombre alcanzó a pedirle a su hijo de 16 que llamara a una ambulancia.
Paralizado por el shock de lo vivido el jovencito corrió a la camioneta a buscar un botiquín para auxiliar a su padre y cuando regresaba con ello observó a Morello que le apuntaba a la cabeza con la escopeta. El adolescente cerró sus ojos y sólo atinó a pedirle entre sollozos “no me dispares”.
Morello se retiró unos metros a su propiedad y por segunda vez llamó a la Policía para pedir una ambulancia. Momentos antes lo había hecho para denunciar a la víctima que interpretó intentaba cortarle la energía.
Cuando llegaron los primeros uniformadores, el imputado aún cargaba la escopeta que dejó en el piso ante la voz de alto policial, advirtiendo que tuvieran cuidado porque estaba cargada y que tenía otro cartucho en el bolsillo.
Desde ese momento quedó detenido y hoy se encuentra con prisión domiciliaria y bajo control satelital.
«HOMBRE RARO»
El fiscal mencionó también lo señalado por varios testigos en relación a la personalidad de Morello -exintegrante de una empresa de seguridad- considerado por algunos como un hombre “raro” que insultaba con frecuencia a Llanos personalmente y por las redes sociales y que amenazaba con “pegarle un tiro” o se dirigía a él como “enano trolo.
Además tuvo en cuenta la declaración del hijo menor de edad quien presenció los hechos y declaró en dos oportunidades bajo el sistema de cámara gesell y de la viuda que dio cuenta de la relación contractual que unía a su marido con el imputado. Ambos habían conformado meses antes del hecho una cooperativa de trabajo, a lo que sumó lo señalado por el escribano que intervino en los trámites legales de la venta del lote que la víctima le había comprado al imputado.
Beimar Llanos Condorí vivía en Buratovich y desde hacía un tiempo se había mudado con su familia a Conesa. Tenía 42 años y era el sostén del hogar.
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